El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su par turco, Recep Tayyip Erdogan, denunciaron este martes el “catastrófico deterioro de la situación humanitaria” en la Franja de Gaza, expresaron su “profunda preocupación por el creciente número de víctimas civiles” y abordaron la fórmula de los dos Estados, durante una conversación telefónica
El texto, según informó el Kremlin en un comunicado replicado por la agencia de noticias Sputnik, agrega que los presidentes “destacaron la inadmisibilidad de los ataques contra barrios residenciales y centros religiosos y sociales”.
Putin y Erdogan examinaron las medidas tomadas por ambos países para “poner fin al derramamiento de sangre y garantizar un libre suministro de asistencia humanitaria a los necesitados”.
Rusia y Turquía, precisó la nota, también comparten opiniones sobre la importancia de implementar la fórmula de dos Estados que estipula la creación de una Palestina independiente que coexista con Israel en paz y seguridad.
Más temprano, Erdogan había acusado al Consejo de Seguridad de la ONU de “agravar la crisis” en la Franja de Gaza con “su actitud tendenciosa en lugar de poner fin al derramamiento de sangre, garantizar una cesación del fuego lo antes posible y adoptar medidas para evitar víctimas civiles”.
En un comunicado del Gobierno turco, el jefe de Estado -que imputa a Israel de “genocidio” contra las poblaciones palestinas de Gaza- reprochó también a la comunidad internacional por “no haberse opuesto a los ataques ilegales e indiscriminados del régimen israelí contra los civiles.
“Es imposible que una estructura que solo puede preocuparse del castigo de la población de Gaza dé esperanza a la humanidad y pueda garantizar la paz y la estabilidad mundiales”, subrayó Erdogan respecto al Consejo de Seguridad.
“Los organismos de las Naciones Unidas, en particular la agencia para los refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA), fallan por culpa del propio Consejo de Seguridad de la ONU”, destacó, según recogió la agencia de noticias AFP.
El pasado 7 de octubre, el movimiento islamista palestino Hamas lanzó miles de cohetes desde la Franja de Gaza en un ataque sin precedentes y realizó una incursión armada en las zonas fronterizas del sur de Israel.
En respuesta, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, declaró que el país estaba “en guerra“, movilizó más de 300.000 reservistas, lanzó varias oleadas de ataques aéreos sobre Gaza, donde cortó el suministro de agua y preparaba una ofensiva terrestre.
El Ministerio de Salud del Gobierno de Hamas elevó este martes a al menos 5.791 las personas muertas hasta ahora por los bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza, entre ellos más de 2.300 niños, y casi 16.300 heridos.
Las autoridades israelíes cifraban en más de 1.400 las personas muertas en su territorio a manos de Hamas, entre los que se registran más de 300 militares.
Durante su incursión, los islamistas también tomaron a unos 220 rehenes.