El ultraderechista Partido Popular Suizo (SVP) ganó las elecciones federales y será la primera fuerza del Parlamento, mostraron este lunes los resultados definitivos de unos comicios centrados principalmente en la inmigración, el cambio climático, y la salud pública.
Dos partidos ecologistas, incluyendo uno que había tenido un gran ascenso hace cuatro años, fueron los grandes perdedores de la jornada electoral de el pasado domingo en Suiza, pese al derretimiento récord de los glaciares del país.
El fuerte resurgimiento del SVP tras haber sufrido un gran retroceso años atrás es otra señal de un giro a la derecha en Europa tras victorias o avances electorales de partidos de extrema derecha en países como Italia, Suecia o Finlandia en el último año.
El SVP, que propone mayor control de la inmigración, aumentó en 3,4 puntos su porcentaje de votos de 2019 hasta el 29% y logró 62 escaños en el Consejo Nacional -la cámara baja del Parlamento, de 200 miembros-, nueve más que hace cuarto años.
Los resultados
Presidido por Marco Chiesa desde 2020, el SVP -también conocido como UDC, por las siglas de su nombre en francés e italiano, idiomas oficiales de Suiza junto al alemán- es el partido más votado de Suiza desde 1995.
En segundo lugar se situó el Partido Socialista Suizo (PS), con un 17,4% de los votos, seis décimas más que en 2019, por lo que sumará dos escaños en el Consejo Nacional hasta alcanzar los 41, informó la agencia de noticias Europa Press.
Empatados en tercer lugar, con un 14,6% de los votos cada uno, se sitúan los democristianos de la Alianza del Centro, con 29 bancas (una más que en 2019), y los liberales del Partido Liberal Radical (PLR), con 28 (una menos que en 2019), respectivamente, en la Cámara Baja.
#Suiza 🇨🇭 – resultados a la Cámara
🟢 SVP 29% (61)
🔴 SP-PS 17,4% (40)
🟠 Die Mitte 14,6% (30)
🔵 FDP 14,6% (29)
🌻 Grwahlen23s 9,2% (22)
🟡 Grünliberale 7,1% (11)
🟤 EVP 1,9% (2)⚪ Otros (5)
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— EM-electomania.es (@electo_mania) October 22, 2023
Gran perdedora de los comicios, como ya vislumbraban los sondeos, ha sido la opción ecologista de Los Verdes, que tras su ruidosa irrupción en el Parlamento en 2019, cuando superaron a los democristianos como cuarta principal fuerza política, obtuvieron este lunes sólo un 9,2% de los votos, cuatro puntos menos que en 2019.
Esto les condena a perder cinco escaños en el Consejo Nacional y quedar con 23, tras una campaña electoral en la que el cambio climático pareció haber pesado menos en los debates que la inmigración o la seguridad, temas avivados por tensiones geopolíticas externas tales como la guerra de Ucrania o el conflicto palestino-israelí.
Incluso peor le fue al Partido Verde Liberal, que bajó hasta los diez escaños, perdiendo seis asientos desde las elecciones de 2019.
La composición del Consejo Nacional, que se renueva cada cuatro años, determina en última instancia la composición del Poder Ejecutivo, que se llama Consejo Federal e incluye al presidente Alain Berset, que prevé dejar el gobierno a finales de año.
Pero el resultado de la votación legislativa no alterará significativamente la composición del Consejo Federal, de siete integrantes, donde el SVP ya tiene dos escaños, al igual que los socialistas y los liberales, mientras que Alianza del Centro tiene uno.
El presidente suizo es esencialmente “el primero entre iguales” en el consejo, donde los miembros tiene carteras ministeriales y se turnan cada año para ocupar el puesto más alto, que es esencialmente ceremonial, para representar a Suiza en el extranjero.
Berset será sucedido el próximo año por la centrista Viola Amherd.
Durante la campaña, las encuestas mostraron que los votantes suizos tenían tres preocupaciones principales: el aumento de las tarifas del sistema de seguro médico obligatorio nacional, basado en las reglas del libre mercado; el cambio climático, que ha erosionado glaciares de Suiza; y los inmigrantes y la inmigración.
El SVP, que ya se encontraba dentro de la anterior coalición gubernamental y lleva más de 20 años siendo el partido más votado en el país, propugna, entre otras cosas, controles fronterizos, rechazo de solicitantes de asilo, recorte del gasto social y las ayudas al desarrollo y evitar un mayor acercamiento con la Unión Europea (UE).