Luciano Zaccara es un licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional de Rosario y doctor en Estudios Árabes e Islámicos por la Universidad Autónoma de Madrid, quien vive en Doha y es docente de la Universidad de Qatar y en Georgetown University desde 2013. Para especializarse en el mundo árabe-islámico ha hecho trabajos de campo en Irán y otros países, y estudia los sistemas políticos de esa región. Desde su oficina en la capital catarí, conversa con Página/12 sobre la guerra en la Franja de Gaza
–Hemos entrado en una etapa de guerra donde más que nunca, la información está sobrecarga de intencionalidad, subjetividad y propaganda. ¿En qué medida usted cree que Irán está o no, involucrado puntualmente en el ataque terrorista desde Gaza a Israel?
–Irán sabe jugar muy bien con su apoyo explícito a Hamás, por un lado. Pero negando a la vez su participación explícita en este ataque en particular. Y ni Israel ni EE.UU. han demostrado hasta ahora que Irán, efectivamente, lo haya hecho. Sin duda esto demuestra la capacidad de maniobra que Irán está adquiriendo en la región, de cara a sus enemigos “tradicionales” como EE.UU., Israel y Arabia Saudí, algo que también le sirve para mantener una narrativa de apoyo a la causa palestina consistente en el tiempo, sin una intervención directa que lo dirija a una guerra abierta con ninguno de los tres antes mencionados.
–¿En qué medida el ataque podría estar relacionado con el acercamiento que se venía dando entre Arabia Saudita e Israel?
–El ataque de Hamas parece haber sido planificado y organizo con mucho tiempo de antelación. Y la fecha, al parecer, estaba vinculada al recital de música que fue el principal blanco elegido. El anuncio del acercamiento entre Arabia Saudita e Israel fue hecho por Mohammad bin Salmán bin Abdulaziz –el príncipe heredero– recién el 23 de septiembre de este año, por lo que es difícil concluir que eso haya influido o acelerado la decisión. Sin embargo, desde la firma de los acuerdos de Abraham en 2020 –la paz entre Emiratos Árabes Unidos e Israel– era de esperar que algo así sucediera tarde o temprano. Y la perspectiva de que Arabia Saudita y algún otro estado regional firmase los acuerdos, ha sido sin duda un factor en favor de que el ataque se realizara.
–¿Ve posibilidad real de una guerra extendida con ejércitos masivos enfrentados en Medio Oriente? Hamas no es un ejército estatal sino una milicia, Hezbolá tampoco. Tienen una capacidad limitada. La única posibilidad real de guerra podría ser con Irán. ¿En qué medida Irán está dispuesto a ir a una guerra con Israel?
–Al parecer, de momento nadie quiere una extensión geográfica del conflicto. Se han mostrado las cartas y se han amenazado con las posibles consecuencias, pero la maquinaria diplomática de EEUU, Irán, Qatar y Arabia Saudí, parece estar en marcha para evitar que esto llegue a descontrolarse sin retorno.
–La información que está trascendiendo es que, solamente en los primeros bombardeos a Gaza, hubo 500 niños muertos. ¿Esos ataques a población civil se pueden encuadrar como crímenes de guerra? ¿Cómo terrorismo?
—Da igual que sean niños o adultos, e independientemente del legítimo “derecho a defenderse” que Israel alude y que EEUU y la UE aceptan como válido: bombardear indiscriminadamente población civil en un ámbito cercado –precisamente por Israel– y sin escapatoria, y forzar el desplazamiento de 1 millón de personas de la noche a la mañana, no puede generar sino una masacre anunciada, y no puede ser considerado como otra cosa que “crimen de lesa humanidad”.
–¿Por qué Israel no fue directo a negociar un canje de prisioneros antes de empezar a bombardear? Hamas declaró que varios rehenes murieron por los bombardeos israelíes. Israel tiene presos de sobra para entregar a cambio.
–Difícil saberlo, pero podría decir que tras el ataque más dañino en vidas humanas y en prestigio de calidad en la seguridad que Israel ha recibido en décadas, y ante las críticas internas por no haberlo evitado, a Netanyahu no le quedaba otra opción que responder de la manera más rápida y tajante posible. Teniendo en cuenta que la Unión Europea y EE.UU. lo respaldaron ciegamente, no ha habido otra opción sobre la mesa, al parecer, más que un ataque militar directo.
–¿Qué país está sacando mejor provecho de esta escalada?
–El actor regional mejor parado, hasta ahora, es Irán. Sin invertir demasiado y sin, en principio, involucrarse directamente en el conflicto, ha dejado claro a la opinión pública mundial que es el más fervoroso apoyo político de Hamás y –según la narrativa iraní– de la causa palestina. Y esto lo plantea Irán en contraposición a otros actores árabes que han normalizado relaciones con Israel, a lo que Teherán se opone tajantemente. Por otra parte, Ebrahim Raisi, Presidente de la República Islámica de Irán, ha hablado con el príncipe de Arabia Saudita. Y el Ministro de Asuntos Exteriores iraní se reunió con Ismai Haniyeh –jefe de Hamas que reside en Qatar– y con el Ministro de Asuntos Exteriores qatarí, supuestamente con miras a evitar la expansión del conflicto. Y resultado de esto, además, habrían liberado a las dos primeras rehenes norteamericanas.
–¿Qué papel juega Qatar? En su momento negociaron allí EE.UU. y los talibanes, algo impensable a simple vista.
–Qatar también se encuentra en el centro de la tormenta al albergar al líder de Hamás y ser de alguna manera, el principal apoyo árabe a Hamás. Pero también Qatar es el principal sostenedor financiero de la población civil de Gaza, ayuda que se transfiere vía bancos israelíes a la franja y se distribuye con supervisión de la ONU. Por otra parte, Qatar está también mediando entre Irán y EE.UU. en relación a los 6000 millones de dólares iraníes congelados en Corea del Sur y recientemente transferidos a bancos qataríes a cambio de la liberación de cinco norteamericanos, para que esos fondos sean administrados en función de las necesidades iraníes.
–¿Cómo interpreta el intento de Israel por censurar y cerrar las oficinas del canal de TV qatarí Al Jazzera que transmite desde Gaza y Cisjordania?
–Aunque todavía no está confirmado, eso supondría un paso más en la cerrazón informática respecto al conflicto que supondría la desaparición de una fuente alternativa a los medios occidentales, que han sido muy criticados por su inequívoco apoyo a Israel.