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Como autora y protagonista, Paula Ransenberg propicia la vuelta de “Para mí sos hermosa”, con una decena de funciones de domingo en la sala porteña Timbre 4 para festejar una década de su estreno, su recorrido por festivales, la acogida internacional y los lauros obtenidos.

Ganadora de los premios Trinidad Guevara y María Guerrero, la pieza, que dirige Marcelo Nacci, ubica su trama en una posible feria de variedades de la Europa nazi, exactamente en la Hungría de 1940, donde el mago Harry Vansky, la estrella de la compañía, directamente inspirado en la figura de Harry Houdini, realiza su acostumbrado truco de escapismo pero, luego de diez minutos de permanecer bajo el agua, el baúl no se abre.

A cargo de cada una de las siete mujeres que lo rodean y lo añoran, desde sus asistentes siamesas, a su esposa, su amante “La magnética”, y una perfumista, Ransenberg elabora preguntas tales como: ¿cuál es la verdad? ¿Escapó? ¿De quién? ¿Por qué? ¿Se murió? ¿Me abandonó? ¿Por qué lo hizo? ¿Qué hago sin él?

“Estos son personajes entre maravillosos, patéticos y cómicos: son mujeres que están dando vueltas alrededor de un mago que desaparece en escena. Cada una tiene su hipótesis, y son síntoma de lo que estaba viviendo al momento de la creación: fueron tres meses de gira por Europa con otra obra, junto a Claudio Tolcachir, con molestias, en los que alternaba estar en el cielo con el desamparo, pasando de hotel en hotel”, evoca Ransenberg durante una entrevista con Télam.

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La artista que reconoce a Andamio 90 (otro espacio icónico del teatro independiente argentino) como su “cuna”, añade sobre “Para mí sos hermosa” que “la palabra que me llevó a crear este espectáculo es ‘Ilusión’. Tiene que ver con lo que produce en mí el mundo de la magia y el circo. Siempre lo consideré ‘un país de la fantasía’”.

Durante octubre y noviembre, la obra retornó al escenario principal del teatro y estudio Timbre 4, con diez funciones –siempre los domingos a las 17.30- en México 3554.

Ransenberg viene de tener una participación en la película “Argentina,1985”, a cargo del personaje de la secretaria del fiscal Julio Strassera (interpretado por Ricardo Darín).

Sobre tablas había tenido una participación destacada en “El amo del mundo”, de Francisco Lumerman, sobre textos de Alfonsina Storni; protagonizó “Laponia” -junto a Laura Oliva, Héctor Díaz y Jorge Suárez, dirigidos por Nelson Valente, en el Teatro del Picadero-, y actualmente también se la puede ver en “Para mí, para vos”, en el Multitabaris, ahora con nuevo elenco, al que se incorporaron Laura Novoa y Guillermo Arengo.

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– ¿Por qué tomó la decisión de volver a poner en escena una obra estrenada originalmente en 2013, en el teatro Timbre 4?
– Desde 2013 hasta la pandemia estuvimos con esta obra en Timbre 4 los domingos a la tarde; después nos fuimos de gira a Barcelona (España), hicimos festivales en el país y este año se cumplen diez años desde su estreno: por eso para festejar, volvimos a la sala grande, en nuestro horario tradicional de las 17.30, en diez funciones que sirven para celebrar esta continuidad.

– En ese entonces, usted misma se sorprendió con la repercusión posterior al estreno: ¿a qué atribuye el éxito inmediato de público que se produjo?
– Yo pensaba que íbamos a hacer diez funciones para los amigos. Pero de pronto empezábamos a ver que había lleno total de cuatro funciones para adelante. Ahora eso pasa solo con algunos fenómenos de la cartelera teatral, pero, durante estos últimos tres meses, en el sector teatral estamos remándola muchísimo. En 2013 pegó, y pasamos a la sala grande de Timbre 4: ¡fue un boom!

– ¿Cómo afronta cotidianamente el desafío actoral de siete caracterizaciones con cambios de vestuario y trabajando en velocidad?
– Interpreto a las siete mujeres gracias a que armamos un mecanismo en el que eso sucede rápido. Me divierte mucho transformarme; me parece una parte muy hermosa de la actuación. Empecé a meterme en esta feria de variedades, atraída por la mujer barbuda de Hungría o el hombre elástico de la India, una babel de cuerpos y voces distintos que me permiten entrar en escena mediante un rasgo físico o vocal. Sé que tengo que cambiarme en diez segundos y entrar en el otro.

– ¿Por qué asumió la dramaturgia y la actuación pero delegó la dirección?
– Escribí los personajes con una mano en la computadora y con el resto del cuerpo y la voz actuando. A veces estoy sentada pero por dentro estoy actuando. Empecé a ensayar sola; y quería que tuviera un hilo conductor. Para eso, Marcelo Nacci, que escribe para TV, me escuchó, vio el baúl de mis abuelos judíos, que trajeron escapando de Berlín, de los nazis, en 1938 y me dijo: “Ah, tu abuelo escapó como el mago”. Entonces, se dio la posibilidad de entrecruzar la historia de mis abuelos, judíos alemanes escapando de un mundo horrible, con mi amor al teatro y la mentira teatral. Como actriz, fue la felicidad de encarnar múltiples y adorables monstruos y que sigan sorprendiéndome después de diez temporadas.

– ¿Qué relecturas pueden hacerse de esta obra al calor del movimiento feminista?
– La obra es prefeminista. No sé si hoy la habría escrito así. La escribí desde el lugar de la pregunta: qué pasa, por qué todas esas mujeres están atrás de un tipo, y dejé que expusieran sus razones: así es más interesante. Acabo de escribir “Pelomuerta”, que también tiene que ver con el desamor y la soledad. Cuando esa estructura se destruye, es el marasmo. Mis obras giran en torno a ser elegidas, ser amadas, ser deseadas; recién ahora lo estoy viendo.





Fuente Telam