La primera pregunta de la mañana del sábado es ¿cuál es la mejor ubicación? y la respuesta es sencilla: donde te pongas. Todavía quedan un par de horas para la apertura del 36 Encuentro de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intersex y No Binaries. Son las 7 de la mañana y la antesala es una ceremonia ancestral mapuche a orillas del Lago Nahuel Huapi, en Bariloche-Furiloche, una de las ciudades turísticas más importantes del país y la elegida para este Encuentro que tiene un pulso bombeado por la lucha de las comunidades originarias por los territorios.
Ellas, las mapuche, ya listas para la ocasión, guían a les encuentreres –a quienes llaman lamien, que quiere decir hermana– a que formen una fila de a dos para acercarse al agua y verter allí las semillas que reparten. Este primer acorde del Encuentro será casi un presagio de lo que vendrá. Una mixtura entre paisaje, naturaleza y lucha que propone una escena que parece estar disociada de la coyuntura actual, pero no lo está. Es un rastro que vienen dejando los feminismos desde hace 36 años, casi los mismos que llevamos de democracia. Es la prueba de una historia común: la de encontrarse en alguna ciudad del país para diseñar una agenda feminista, plurinacional y disidente.
Por tierra, por aire y desde todos los puntos del país y un poco más allá, Bariloche recibe el aire nuevo de miles que se hacen presentes en el Encuentro. La ceremonia mapuche culmina con las manos arriba y la percusión inconfundible del kultrún, que además es protagonista en el Centro Cívico: una versión gigante del instrumento cubre por completo la estatua de Julio Argentino Roca.
Mientras el lago se lleva las semillas, la próxima parada es en el Velódromo Municipal, para la apertura que hace formal el inicio del Encuentro. La ciudad ya se viene llenando de encuentreres desde hace unos días, pero están también quienes se bajan del colectivo ahí mismo y cuelgan las banderas para entonar uno de los cantos históricos: “Qué momento, qué momento, a pesar de todo, les hacemos el encuentro”. Ese “a pesar de todo” es un reflejo del carácter autogestivo que tiene este evento. Desde las escuelas que son lugares de hospedajes y talleres, hasta las viandas, los baños químicos, las ferias y todo lo que sucede el fin de semana se construye a partir de plenarias, trabajo horizontal y demócratico.
“Soy Machi, estamos acá gracias a la resistencia de nuestros antepasados. Mi pueblo es preexistente a las fronteras impuestas y al estado de Argentina y de Chile. Nuestros abuelos resistieron la Campaña del Desierto, somos mujeres Mapuche, somos territorio”, fueron las palabras con las que Betiana Colhuan Nahuel inauguró el acto de apertura. Ella, junto a seis mujeres mapuche, fueron detenidas en octubre de 2022 en la Lafken Winkul Mapu en Villa Mascardi luego de una represión y desalojo, mientras se estaba realizando el Encuentro en la Ciudad de San Luis. Es por eso que este territorio fue elegido sede: “Defendemos el agua, la montaña y la vida. Y estamos dispuestas a dar la vida por nuestros territorios” dice Betiana. Resulta imposible no sentir cómo sus palabras sacuden el cuerpo, no solo porque la montaña, el agua y la vida están ahí, a la vista de cualquiera que se conmueve llegando a cualquier esquina de la ciudad, sino también porque se trata de una lucha milenaria.
“No queremos quedar lindas en la foto con nuestra indumentaria, queremos que entiendan que nosotras somos un poco ustedes y por eso traemos este mensaje de que están avasallando el territorio” dice Melisa Cabrapan Duarte, antropóloga feminista y parte de la Confederación Neuquina Mapuche: “Les invitamos a una mirada atenta a una ciudad que se cree la Suiza argentina. La gente pobre en Furiloche es mapuche”. Su advertencia cala profundo, la ciudad vive este fin de semana varias dimensiones: la del centro turístico por excelencia, la de los viajes de egresados y la de las heridas abiertas de la Campaña del Desierto, que según Melisa “ha tomado otra forma: la del desalojo y la persecución”.
El sol calienta la tarde, las bandurrias husmean qué es toda esa gente recostada en la orilla del lago, comiendo tortillas rellenas, repasando a qué taller asistir o mirando el paisaje, que en todo momento impacta por su belleza. La plaza en altura del Centro Cívico es el lugar predilecto para elegir qué mirar y escuchar, para despertar sentidos y sobre todo para ese cruce afable con quienes sin conocerse encuentran un código común.
Las feministas de Abya Yala organizaron durante la tarde un “Juicio Ético y Popular a los Ecocidas” y recordaron la presencia en 2011 –año en el que el Encuentro también se realizó en Bariloche– de Berta Cáceres, líder indígena lenca asesinada en 2016 por oponerse a la concesión hidroeléctrica en el río Gualcarque, en Honduras. Esta vez, quien tomó la palabra fue su hija, Bertha Zúñiga Cáceres: “Fue un femicidio político y un crimen emblemático por tantas mujeres que se enfrentan a empresas, gobiernos y militares por defender la vida”.
Ofelia Fernández llegó a la plaza cerca de las 5 de la tarde y convocó a una asamblea en donde cientos se juntaron a conversar sobre las próximas elecciones y la necesidad de conformar una agenda feminista contra el avance de la ultraderecha.
La histórica Marcha por los Travesticidios acompañó la caída del sol, con una extensión de casi 15 cuadras. Y estuvo presente la pregunta que ya lleva más de 30 meses sin ser respondida: “¿Dónde está Tehuel?“. También estuvo presente el pedido de reparación histórica para las travestis-trans mayores de 40 y la consigna “Milei no es Mi Ley”.
El Encuentro está sujeto a que pase de todo y ésa es su gracia. Todavía falta la marcha del domingo, en la que se espera que miles recorran las subidas y las bajadas de una ciudad tomada, haciéndole músculo a una experiencia de la que –como suele decirse– “no se vuelve de la misma forma”.
La lucha del Tercer Malón por la Paz
Milagros Lamas tiene 19 años y viene desde Jujuy. Su pueblo está ubicado en la Cuenca de Salinas Grandes en la Laguna de Guayatayoc en la nación coya. El año pasado asistió por primera vez a un Encuentro, pero no sabía mucho de qué se trataba: “Fui a vender en la feria pero vi la energía que había, sentía como que todas brillaban con un mismo propósito, como si estuvieras escuchando un grito común de ‘arriba las mujeres’” dice recordando su paso por San Luis el año pasado.
Un año después la historia fue bien distinta: se subió al escenario de apertura junto al Tercer Malón de la Paz que lleva casi tres meses acampando en Plaza Lavalle: “En Jujuy no hay justicia y en Buenos Aires tampoco. Estamos en Plaza de Tribunales en una permanencia pacífica y exigiendo la nulidad de la reforma constitucional impulsada por Gerardo Morales” explica cuando baja del escenario.
“Me emociona ver tanta gente que nos apoya. Yo me involucré cuando tenía 16 años en la lucha contra el litio y por el agua”. Asegura que eso lo hace porque mamó la lucha de su familia: “Lo que me tiene acá es el respeto por la lucha y esa llama que se enciende está dentro mío. Lo importante es entender que mi territorio, el territorio de Jujuy, es vida para todes, por eso no es una lucha por mí sino por toda la comunidad”
Las mujeres del Tercer Malón llegaron a territorio mapuche con la certeza de que se trata de luchas enlazadas: el extractivismo, el fracking, la megaminería o la contaminación de los ríos hoy tiene mayor visibilidad y eso se funde en uno de los cantos protagonistas en la apertura: “Chola, escucha, tu lucha es nuestra lucha” o “machi, escucha, tu lucha es nuestra lucha”
El horizonte del antifascismo
El taller de antifacisimo fue el más concurrido y el que no tenía precedentes en el Encuentro. Se discutió sobre el contexto electoral y la necesidad de establecer una diferenciación entre candidatos que representan ideas de exterminio y aniquilación como Patricia Bullrich y Javier Milei.
“Los territorios militarizados y el fascismo es algo que viene sucediendo en estos lugares desde la Campaña del Desierto, no es algo que venga con Milei” dicen desde una de las 5 rondas en las que se desdobló el taller. Es un dato clave en relación a los territorios y la realidad que viven las comunidades originarias.
Otro de los temas del taller fue la disputa dentro del territorio digital, una cuestión que viene siendo tema de debate en relación a los votantes de La Libertad Avanza y las campañas por redes sociales. En la discusión del taller se reconoce que es un territorio en donde la ultraderecha se maneja cómodamente pero se hace una salvedad: para la comunidad LGTBIQ+ las plataformas digitales fueron una alternativa para salir del encierro que provocaba la discriminación o el rechazo de las familias. Según las conclusiones, ahí existe un conocimiento acumulado que debe ser atendido.