La alopecia se distingue por la caída inusual del cabello en el cuero cabelludo y en otras áreas de la piel, como las cejas, las pestañas y la barba. Puede ser resultado de diversos factores, incluyendo la genética, el proceso de envejecimiento, desequilibrios hormonales, enfermedades autoinmunes o estrés. Como dermatóloga, considero que es de suma importancia brindar información sobre esta condición, profundizando en sus causas, síntomas y las diversas opciones de tratamiento disponibles.
Existen diversas formas de alopecia: la androgénica (causa de calvicie permanente en el cuero cabelludo), la areata (pérdida repentina en áreas circulares), el efluvio anágeno (pérdida anormal durante la fase de crecimiento) y el efluvio telógeno (reversible tras estrés). Esta última es uno de los ejemplos más destacados, ya que se presenta en numerosas ocasiones como posparto, posquirúrgicos o posterior a un estrés físico importante, como la alopecia post Covid, un fenómeno que, en la mayoría de los casos, se resuelve en 3 a 6 meses sin tratamientos invasivos.
El ciclo normal del pelo se compone de tres fases distintas. La primera de ellas es la anágena, que representa el período de crecimiento capilar. Durante esta etapa, las células de la raíz del pelo están activas para formar nuevo.
En segundo lugar se encuentra la fase catágena, que se trata de un período de transición con una duración de dos a tres semanas, durante el cual el crecimiento se detiene temporalmente.
Por último, la fase telógena, que corresponde a la etapa de reposo y que se extiende durante un periodo de tres a cuatro meses. Durante este lapso, el cabello existente se cae, dejando espacio para el crecimiento del nuevo, dentro del folículo capilar.
El evento precipitante induce la caída del cabello terminando prematuramente la fase anágena y pasando a la catágena y telógena. A modo de ejemplo, se piensa que el estado proinflamatorio y la respuesta inflamatoria sistémica desencadenada por el Covid-19 es la causa del daño tisular que induce el efluvio telógeno.
Un análisis de 19 estudios publicados en el Journal of Medical Virology en diciembre de 2021 evaluó a 465 pacientes con este diagnóstico. En mayor proporción las mujeres, experimentaron pérdida de cabello aproximadamente 74 días después del inicio de los síntomas de Covid, tanto en casos leves como graves. La buena noticia es que se evidenció una recuperación en 3 a 6 meses sin necesidad de tratamientos invasivos.
Consejos para el cuidado de la fibra capilar
* Minimizar el uso excesivo de herramientas de calor, como planchas y secadores.
* Descansar de tratamientos químicos, como decoloración y alisado.
* Mantener la hidratación natural del cuero cabelludo con productos que utilizan ingredientes más suaves.
* Permitir que el pelo respire, reduciendo el uso innecesario de sombreros y viseras.
* Fortalecer el cabello utilizando máscaras capilares semanales.
Es importante comprender que, en la mayoría de los casos, la caída del cabello es reversible y no siempre demanda tratamientos agresivos. Con la orientación adecuada de un dermatólogo, es posible mantener la salud capilar en buen estado.
Por Dra. Leisa Molinari (M.N° 116.628). Médica dermatóloga especialista en cáncer de piel y cirugía micrográfica de Mohs y fundadora del Centro Médico de la Piel. @dra.leisamolinari