Pasados los dos debates de candidatos presidenciales y viendo el rendimiento de cada uno de ellos, en el empresariado se instalaron una idea fuerza y una duda que los carcome: por un lado, la mayoría observa que el escenario más probable, hoy, es un ballotage entre el libertario Javier Milei y el ministro candidato, Sergio Massa. En segundo término, la deriva discursiva y gestual de Patricia Bullrich los hace preguntarse cómo es que la líder PRO le ganó una interna al alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que era el elegido por el poder económico. 

“Ya es parte del pasado, pero es así, debió ganar Larreta”, contó a Página I12 un importante hombre del comercio exterior que apostó y financió al jefe de Gobierno. La idea del establishment apostando a ese cuadro era que la escena política decantara en una disputa directa de un peronismo más centrista y una derecha menos extrema, y que Massa y Larreta neutralizaran el efecto Milei, pero pasó lo contrario y hoy ningún empresario se anima a trazar el horizonte de sus negocios de corto plazo. 

La sociedad está radicalizada, por eso ganó Milei y por eso, con muchos menos votos, Patricia le ganó a Horacio”, se sinceró un dirigente de la Unión Industrial Argentina (UIA) ante este diario. Si bien el tema está electoralmente superado porque Bullrich es la que está dando la pelea por Juntos por el Cambio, muchos ceos siguen frecuentando a Larreta. Según cuentan, en la intimidad, el alcalde continúa resaltando que Argentina necesita consensos y hasta un experimentos similar al que pone de manifiesto Massa: el tan mentado gobierno de unidad nacional para combatir a los libertarios. 

Hace unos días, el Coloquio de IDEA en Mar del Plata quedó vaciado de invitados políticos de peso y sacudido por la idea de Milei de hacer una especie de contra coloquio. En la previa, muchos ceos querían irse a ver al libertario, y hasta algunos lo hicieron, como el caso del ex HSBC, Gabriel Martino, que paradójicamente trabajaba en las filas de Larreta. Ese escenario obligó a una bajada de línea o, más bien, una intentona de psicología de la culpa. “No es correcto”, les dijo uno de los organizadores a muchos de los miembros directivos del evento, que se querían ir a escuchar a Milei. 

La verdad es que en el post, Bullrich -la única que habló ante los presentes del Coloquio- se llevó aplausos de una tribuna con mucho perfil pro macrista, pero en la previa la inquietud era el evento que armó Milei en la terraza del restaurante Furia, en el mismo horario que la charla de Patricia. La parte única de la caja de resonancia mediática que aún empuja a Bullrich, destacó los aplausos como un elogio directo, pero obvio contar la trastienda de una inquietud que no era, precisamente, el discurso de “La Piba”. 

La situación que Bullrich buscaba como golpe de efecto era la designación de Carlos Melconian como economista estrella. Esto tuvo, en el Círculo Rojo, un efecto inicial positivo en las filas del empresariado, pero ahora prima el temor a la postura de liderazgo desequilibrado de Bullrich. 

El ballotage y la mochila de la crisis

Para el sector privado, la variable de ajuste que definirá la elección es, justamente, el nivel de retención o pérdida de voluntades que termine dejando Bullrich. Si las encuestas pudieran tomarse como indicadores de certeza, en todas Patricia no sólo no crece, sino que no logra retener los votos de Larreta. 

“Para nosotros, hay dos maneras de que esta elección sea game over”, dice un importante empresario de la construcción. “La primera, que Patricia se pinche mucho y que Milei gane en primera. Y la otra, que la diferencia entre Massa y Milei, en la previa al ballotage, sea de 38 a 31”, relata la misma fuente. Esperan, de este modo, un escenario donde Bullrich no se desinfle en demasía generando un Milei imparable, y que el candidato de Unión por la Patria (UIA) supere por varios puntos los 30. Pero el tema está áspero: un integrante de la cámara estadounidense AMCHAM, vinculado a empresas del consumo masivo, se preocupó cuando dos de sus amigos, que en la PASO votaron a Bullrich y quieren que el Gobierno no siga, van a migrar su voto a La Libertad Avanza. 

Ahora bien, todos coinciden en que, en este contexto económico, para Massa ganar el ballotage “va a ser muy dificil, no imposible, pero muy complejo”. Las encuestas dan, además, la sumatoria de los votos de Juntos más los de Milei, un cálculo imposible de superar para el ministro candidato. De todos modos, el empresariado no sólo está sorprendido por el bajo vuelo discursivo de Bullrich en los debates, sino también de la capacidad de Massa para surfear una ola de altísima inflación, falta de divisas, caída en la actividad y, aún así, poder seguir siendo competitivo de cara a las elecciones. 

Si el poder económico lo va a apoyar, está por verse. Hay una línea histórica que está jugando con el ministro candidato, pero los que quedaron más cerca de Mauricio Macri analizan ya no votar a Patricia, sino tratar de apoyar a Milei. En esa situación Massa debe llegar hasta el 22 de octubre, una fecha clave para la que en los papeles faltan algo más de 10 días, pero que para los tiempos locales representa una eternidad. 



Fuente-Página/12