El sexo es una buena forma de secretar serotonina (hormona que regula el estado de ánimo) y dopamina (hormona del placer). Estas sustancias químicas se liberan desde el momento en que se despierta la excitación hasta el momento en que se alcanza el orgasmo. Sin embargo, este último elemento tan esperado del acto sexual no se logra sistemáticamente. Lo cual no es gran cosa, pero cuando el éxtasis escasea, puede generar frustración. Si surgen dudas sobre qué puede bloquear el orgasmo, te damos una lista de elementos para que reconsideres.
El estrés y la ansiedad ralentizan significativamente el orgasmo
Para entender qué puede bloquear el orgasmo, debemos tener en cuenta los factores de la vida cotidiana. Como ocurre en muchas situaciones, el estrés y la ansiedad son flagelos que se cuelan incluso en nuestros momentos más íntimos. “La ansiedad y el estrés pueden tener un gran impacto en la salud física y mental de una persona. Desafortunadamente, no es raro que el sexo, la excitación y el placer también se vean afectados.”, explica a los medios Melissa Cook, sexóloga Refinería29.
En promedio, para una mujer, 30 Se necesitan entre 20 y 20 minutos para sentirse lo suficientemente excitado como para tener relaciones sexuales. Estos largos minutos pueden parecer interminables cuando eres propenso a la ansiedad. Este factor es aún más importante si nos remitimos a las cifras de un estudio realizado por la marca Durex en 2023. Este trabajo reveló que el 11% de las mujeres británicas encuestadas sólo consiguen llegar al orgasmo en muy raras ocasiones. Por el contrario, el 20% de los hombres dijeron que alcanzaban el orgasmo con cada relación sexual. Esto constituye una fuerte desigualdad sexual entre hombres y mujeres, más aún si a esto le sumamos la ansiedad y el estrés.
Hormonas, estrés y sexo: la mala mezcla
Lo que altera el buen funcionamiento del disfrute es el mal cóctel de hormonas opuestas. Así, la dopamina (la hormona motivacional del cerebro), la oxitocina (la hormona del amor) y la serotonina deben hacer frente al cortisol liberado por el estrés. “Los estudios han demostrado que el aumento de cortisol puede reducir la sensibilidad general, lo que hace aún más difícil que esa persona se sienta excitada y alcance el orgasmo.”, explica la sexóloga. Más que una cuestión hormonal, el estrés y la ansiedad también pueden tener daños físicos. Al contraer los músculos vaginales y limitar la lubricación, puede aparecer dolor o incluso sangrado durante la penetración.
Fuente Traducida desde grazia.fr