Un ciudadano paraguayo apodado “El Carnicero” comenzará a ser juzgado este lunes por el crimen de un empresario español cometido en diciembre de 2017, hecho durante el cual quedó filmado por las cámaras de un edificio del barrio porteño de Caballito cuando bajaba por un ascensor y envuelto en un cubrecama el cadáver de la víctima, que luego apareció calcinado en Cañuelas, informaron fuentes judiciales.
Se trata del segundo juicio oral que se realizará por el homicidio del empresario Roberto Fernández Montes (67), ya que en diciembre de 2017 había sido condenado a la pena máxima de prisión perpetua el exyerno de la víctima, Santiago Corona (41).
En esa oportunidad, “El Carnicero” Pedro Ramón Fernández Torres (57) no pudo ser sometido a debate, ya que se había fugado a su país natal, Paraguay, y logró mantenerse prófugo de la Justicia durante cinco años pese a tener un pedido de captura internacional con alerta roja de Interpol.
Finalmente fue detenido el 8 de febrero de 2022 en la ciudad paraguaya de Concepción, unos 400 kilómetros al norte de Asunción, y luego extraditado a nuestro país.
Las fuentes explicaron que su apodo, “El Carnicero”, está directamente relacionado a que de eso trabajaba en un comercio del barrio El Olimpo a pocas cuadras de su domicilio en 9 de Abril, partido bonaerense de Esteban Echeverría, y cuando fue localizado y arrestado en Paraguay, también tenía empleo en una carnicería.
El acusado había logrado escaparse tres días después del crimen porque, a raíz de una pista anónima, los investigadores de la División Homicidios de la Policía Federal detuvieron por error a un mecánico ligado a Corona que estuvo unos días preso, aunque luego quedó desvinculado del caso.
El debate, se desarrolla entre este lunes, el 4 y el 23 de este mes, estará a cargo del mismo Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 que actuó en ese primer juicio, aunque con una conformación distinta de sus tres jueces, que serán en este caso Cintia Oberlander, Alejandro Nocetti y Juan Manuel Grangeat.
Si bien las hijas de la víctima, Natalia y Giselle Fernández, actuaron como querellantes y con la representación del estudio jurídico del penalista Matías Morla en el primer juicio que terminó con la perpetua para su marido y cuñado, respectivamente, esta vez no serán parte acusadora y solo declararán como testigos.
El fiscal general de juicio Juan Manuel Fernández Buzzi llevará adelante la acusación, mientras que Fernández Torres -actualmente preso en el penal de Ezeiza-, será representado por el defensor oficial Marcos Marini.
“El Carnicero” -que se negó a declarar en la causa-, enfrenta una imputación como coautor de un “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía”, delito que prevé como única pena la prisión perpetua.
Quién era el empresario
Fernández Montes (67), nacido en España, era dueño de la empresa “Mini Vial”, dedicada a la venta y alquiler de maquinaria para la construcción y fue visto con vida por última vez el 21 de enero de 2017, cuando salió de su casa, en Aranguren 36 de Caballito, para ir a su trabajo.
Primero sus hijas denunciaron su desaparición como una búsqueda de paradero, pero al revisar los videos de las cámaras del edificio, se descubrió que su entonces yerno Corona y un cómplice luego identificado como Fernández Torres, lo asesinaron en el departamento y bajaron por el ascensor con el cadáver envuelto en sábanas y cargándolo hasta el baúl de un auto Suzuki Fun negro que pertenecía a una de las hijas pero también usaba el empresario.
El auto apareció incendiado el 23 de enero en el partido de Esteban Echeverría, mientras que el cadáver calcinado y seccionado en dos partes fue hallado al día siguiente en un camino vecinal llamado “Los Pozos” de Cañuelas.
Debido al estado de los restos carbonizados, los expertos del Cuerpo Médico Forense (CMF) nunca pudieron determinar con certeza la mecánica del crimen.
En su requerimiento de elevación a juicio, el fiscal Patricio Lugones dio por acreditado que Fernández Torres y Corona asesinaron a Fernández Montes el 21 de enero de 2017, entre las 12.10. y las 13.31, según quedó registrado en las cámaras de seguridad del edificio, que son consideradas de “un valor probatorio fundamental”.
Según se ve en esos videos, Fernández Torres ingresó al edificio a las 9.04 con el control remoto del portón del garaje y esperó tres horas la llegada del empresario.
Corona fue captado por las cámaras ingresando al mismo lugar a las 12.54, y a las 13.45 se ve al ya condenado exyerno y al otro imputado saliendo del ascensor con el cuerpo envuelto en sábanas y cargándolo hasta el baúl del auto Suzuki Fun con el que escaparon.
Otra prueba mencionada por la fiscalía es el llamado anónimo a la División Homicidios que señaló que al empresario “lo mató el paraguayo Ramón, que trabaja en una carnicería de El Olimpo”, y fue lo que reorientó la investigación para identificar al cómplice de Corona.
Incluso un primo, un yerno y una de las hijas del imputado paraguayo, reconocieron a “El Carnicero” en los videos que ya habían circulado por los medios de comunicación.
Además, el auto en el que fue trasladado el cadáver, había aparecido incendiado a pocas cuadras del domicilio de Fernández Torres, en el barrio 9 de Abril de Esteban Echeverría.
Al fundamentar el agravante de la alevosía, la fiscalía sostuvo que el crimen fue “cometido a traición, con astucia, de una forma insidiosa, tomando a la víctima desprevenida e indefensa”.
Para los investigadores, Corona contrató a “El Carnicero” para que lo ayude a cometer el asesinato y el móvil del crimen fue económico, ya que cuando estuvo al frente de la empresa de su suegro, “Minivial”, de construcción, lo estafó y provocó un perjuicio económico millonario, lo que llevó a que a mediados de mayo de 2016, Fernández Montes lo separara de la compañía, le pidiera la restitución de las llaves de su casa y analizaba iniciarle una causa por la estafa.
Además, unos 20.000 dólares en efectivo que se cree el empresario español guardaba en el motor del jacuzzi de su bañadera, fueron hallados en una bolsa, ocultos en el compartimiento de la goma de auxilio del Citroën C4 de Corona.