Las portadas de un diario pueden sintetizar un país. Las tapas de Página/12 hacen algo más: dan cuenta de cuatro décadas de democracia y explicitan también la importancia de la forma en que se construye y se transmite un mensaje. En la muestra 40
años de democracia. 40 tapas de Página/12,
producida por Nara Ferragut e inaugurada este miércoles en Canal 9, hay cuarenta portadas emblemáticas del diario -y cuatro obras de la artista plástica Marina Olmi-, todas ellas vinculadas de un modo u otro a la vida política argentina, con una línea editorial clara y fuerte, un modo de entender el periodismo al servicio de los derechos humanos, la libertad y la justicia social.
La inauguración condensó ese espíritu periodístico, pero potenciado por una coyuntura que resignifica todo: figuras de la política y la cultura se acercaron a uno de los grandes estudios del canal y recorrieron esa especie de túnel del tiempo fijado a las paredes. Una selección de momentos de la Argentina que, además del peso específico de cada noticia presentada, en más de un caso cobraban otra dimensión con el momento actual. Era inevitable: cada encuentro, cada saludo entre los presentes, era seguido por un apasionado intercambio de pareceres sobre el balotaje de este domingo. Y casi cada cruce terminaba con el deseo de una tapa del lunes 20 de noviembre que dé cuenta de un freno a la ultraderecha.
Personajes del espectáculo y la cultura como Esther Goris, Pablo Echarri, Nito Artaza, Marina Olmi, Florencia Aroldi, Patricia Palmer, Isha Escribano, Laura Fidalgo y Daniela Herrero, junto a figuras del canal como Edith Hermida, Mariano Peluffo, Jimena Monteverde, Susana Rocasalvo, Lola Cordero, Noelia Barral, Mariana Verón, Claudio Rigoli y Alejandro Fantino; la ex titular de la AFI Cristina Caamaño, el fiscal Felix Crous y Eduardo Tavani, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos; Sebastián Rollandi, gerente general de El Nueve; el titular del Grupo Octubre Víctor Santa María; militantes de los derechos humanos, colegas del medio, amigos históricos del diario, dedicaban varios minutos a examinar portadas inolvidables, sin olvidar siquiera el chiste de Rudy-Paz y el ya legendario “pirulo de tapa”. Aquel primer número del 26 de mayo de 1987 y el dudoso “Sí, juro” de los militares; las muertes de Kosteki y Santillán; el histórico 54 por ciento de Cristina Fernández de Kirchner y su triste contrapartida, aquel dibujo de un Néstor Kirchner que pedía “Fuerza todos” desde el cielo; la sanción de la Ley IVE y el oscuro día del indulto; las múltiples andanzas de Carlos Menem, la asunción de Fernando De la Rúa, el advenimiento de Mauricio Macri y la asunción de Alberto Fernández, los difíciles días de la pandemia.
Y entre el gentío y tanta tapa para activar memorias, claro, un faro conocido: el pañuelo blanco de Nora Cortiñas y Taty Almeida. El acompañamiento de las Madres de Plaza de Mayo, como siempre, no se quedó en el símbolo, se expresó en palabras: “Esta muestra es memoria de lo que ha ocurrido en nuestro pais y el mundo, y esa memoria va a continuar”, señaló Taty, que recibió el micrófono de Hugo Soriani, director general del diario, y con su risa franca le señaló que “Pudiste hablar bien porque nadie tosió”, antes de “agradecer profundamente y en nombre de todas las
Madres a Página/12 y a todos quienes
la integran, por su permanente compromiso con nuestra causa… Y por la paciencia que
nos tienen”, guiñó a Soriani, a Nora Veiras, directora periodística, a la secretaria de redacción Victoria Ginzberg y al exdirector Ernesto Tiffenberg.
Con esa dulzura que no esconde su energía infatigable, Cortiñas hizo una lúcida pintura de estos días: pidió “no odiar” y reconoció la
incertidumbre que atenaza al campo popular en el último tramo electoral, lo
mismo que los errores que llevaron al ascenso de la ultraderecha (“no paramos a
tiempo cosas que debimos parar antes”, reflexionó). Pero fiel a su costumbre llevó
esperanza a los presentes. “Yo propongo desparramar amor por todos lados, que el
odio que nos quieren infiltrar no penetre en nuestra vida”, arengó ante una
audiencia embelesada. “Hay que respetar la idea del otro, cuando no piensan
igual no son enemigos”, recordó, antes de reclamar el alto el fuego en Franja de Gaza y, como correspondía a la cita, recordar a los 30 mil detenidos desaparecidos y conmover con el grito colectivo de “¡Presentes, ahora y siempre!” que resonó con fuerza en el estudio. Entre el público, con la emoción a flor de piel, estaban Anita Careaga, la hija de Ana María Careaga (sobreviviente del centro clandestino Club Atlético) y nieta de Esther Ballestrino de Careaga -una de las fundadoras de Madres arrojada al río desde los vuelos de la muerte- y el médico de 79 años Ricardo Gené: las imágenes de su micromilitancia en el subte viralizaron otro de los fenómenos esperanzadores de estos días.
Poco antes, Nora Veiras, parte del staff desde el primer minuto, recordó los orígenes, justo ahora que el diario se acerca a los 37 años de existencia. “Yo era una joven cronista y aún no teníamos archivo, entonces visitaba colegas y amigos de Clarín que me dejaban fotocopiar artículos; en una de esas visitas una firma que aún hoy es muy importante me dijo ‘está muy bueno, pero no van a durar más de tres meses’: en este tiempo nos consolidamos como un referente del periodismo en toda América Latina”, destacó antes de abordar ese tema recurrente entre los presentes. “Por primera vez en 37 años, hablo a título personal, siento que estamos en riesgo, que hay una fuerza política que plantea valores por fuera del registro de la democracia, de los derechos humanos, de la Constitución. Esta es una elección gravitante para la continuidad del sistema democrático, que sostiene la vida y la libertad”, advirtió. “La libertad es un concepto central para la convivencia democrática y significa generar las oportunidades para que todos podamos concretar nuestras utopías, y Página/12 cimentó eso desde su orígen: la lucha permanente por los derechos humanos, y un país mejor para todos y todas”.
“Qué difícil se me hace hablar ahora”, señaló a su turno Soriani, pero se desmintió a sí mismo al hilvanar sin problemas el relato de lo que fue el proceso de selección para la muestra. “Piensen que hablamos de más de 12 mil tapas, poder llegar a estas 40 fue un trabajo enorme, muchas decisiones difíciles”, señaló, y contó que la muestra surgió como corolario de una selección de volúmenes recopilatorios de las tapas, ordenadas por gobiernos (una sugerencia de Gisela Marziotta, detalló). La tarea fue encarada por Soriani junto a la periodista Melisa Molina y un gran equipo. “Un equipo joven: muchas de ellas no habían nacido cuando salió el diario por primera vez”, destacó. Ese recorrido, claro, le hizo revivir mucha historia, y cimentar la impresión de que los mejores años fueron durante el kirchnerismo. “Fueron doce años de la democracia a la que uno aspira, la que ahora está en peligro, la democracia con justicia social y derechos humanos. Quienes ahora aspiran al poder no son negacionistas, ellos reivindican el genocidio. Ojalá las Madres nos sigan acompañando, porque eso significa que seguimos haciendo las cosas bien”, cerró.
Molina, integrante de ese “equipo joven” a la que aludió Soriani, prefirió disimular los nervios con un texto en el que dio cuenta de la experiencia: “Fue un trabajo increíble, porque en las tapas del diario se puede ver reflejada la historia del país”, dijo. “Se puede hacer un repaso de las repeticiones, de los cambios y sobre todo de las irrupciones de gobiernos que nos cambiaron la vida con politicas que ampliaron derechos para todos y todas”. Nuevamente, la historia y el presente se mezclaban en las sensaciones del auditorio, que parecía esperanzarse a medida que avanzaba la velada y los diálogos daban cuenta de tantos gestos espontáneos entre la ciudadanía para evitar un triunfo de Milei.
Esa, al cabo, fue la sensación que se desparramaba sobre el final, aun con varios de los asistentes pegados a cada tapa, siguiendo cada título y cada pedazo de historia en la pared. Algo parecido a lo que había resumido un rato antes Miguel Cubero, responsable del debut de la muestra en octubre en Madrid: “Trato de encontrar una palabra que la sintetice y las tapas gritan una palabra, una que últimamente es mal utilizada o es retorcida para otros fines. Que no nos roben la palabra libertad”.