El Viejo Hotel Ostende est en la calle Biarritz al 700 Ostende Partido de Pinamar Foto Prensa
El Viejo Hotel Ostende está en la calle Biarritz al 700, Ostende, Partido de Pinamar. (Foto Prensa)

Con una propuesta que incluye tradición y cultura, el Viejo Hotel Ostende propone para la temporada de verano un cronograma de actividades que incluye proyecciones de películas, suelta de libros y charlas con escritores, en el marco de una celebración por los 110 años de historia que reivindica el valor de un acervo que resiste el paso del tiempo y se reinventa para ofrecer siempre nuevas experiencias.

Dicen que el hotel fue edificado en medio de la arena. Solo, como si fuera una torre en medio del desierto. Como si fuera una isla o una fortaleza. O un refugio. Como si fuera el baobab que Antoine de Saint Exupéry imaginó en su libro más famoso, “El principito”, después de pasar una temporada en el hotel que él mismo calificó como “inolvidable”.

El tradicional hotel cumple 110 años y, por tercera vez consecutiva, abre un calendario de actividades culturales de verano que celebran la coincidencia con el paisaje, el mar y la naturaleza. En esta ocasión, además, aprovecha el aniversario para presentar el corto “Viejo Hotel Ostende 110 años”, un trabajo dirigido por Mariano Llinás que recorre, con belleza y creatividad, la historia del mítico hotel.

El mítico hospedaje apuesta a una cultura de verano que va en línea con los lemas con los que se fundó el espacio y se sostiene a lo largo de los años: escapar a las modas, reafirmar convicciones aunque suenen caprichosas y amar lo insólito.

Entre otras perlas que tendrán lugar durante enero y febrero, volverán las proyecciones del “Cinemar”, el cine al aire libre que propone el hotel, en donde se proyectará, entre otras películas, “Balnearios”, film de Llinás que se dio por primera vez en la misma playa en 2003. También habrá una suelta de libros en donde se destacan algunos tesoros para leer frente al mar, bajo la curaduría de “Te llamaré viernes”, el proyecto literario de Paulina Cossi y Paola Lucantis.

Por las habitaciones del Viejo Hotel Ostende pasaron grandes plumas argentinas e internacionales.

“El Viejo Hotel Ostende es muy particular, austero, muy consciente de lo que es. Un lugar antiguo, pero muy vivo y vital. Es alegre y respetuoso de su pasado, pero con los ojos mirando hacia el futuro. Pasado, presente y futuro, es el trípode que nos sostiene, un proyecto cultural que llevamos adelante combinando historia y vanguardia”, explica a Télam Roxana Salpeter, dueña y alma máter del lugar.

Roxana es hija de Abraham Salpeter, quien junto a su mujer Miriam compraron el hotel en 1970. El lugar todavía era una región solitaria, pero esto les produjo cierta atracción a ambos y por eso firmaron la compra. Roxana recuerda lo aventurero que era su padre. “Aventurero y alegre. Cuando era pequeña y había que ir caminando bajo la lluvia y el suelo embarrado, me decía ‘cantá Roxana, que el que canta no se moja’, y se reía”.

Dado su nivel y exclusividad, el hotel vio pasar por sus cuartos figuras de todo tipo. En 1946, por ejemplo, Silvina Ocampo y Bioy Casares dieron forma a la novela “Los que aman odian” en este sitio emblemático. También fue hogar de distintas figuras del jazz, y ya entrados los años 2000 alojó a Hebe Uhart, Rodolfo Fogwill, Mariana Enriquez y Gabo Ferro, entre tantos otros referentes.

En el año 2002 el hotel comenzó a promover y organizar diversas actividades culturales para la comunidad como residencias para artistas, muestras de arte, el ciclo Cinemar con proyecciones de películas en la playa, clínicas y encuentros dedicados al intercambio de las artes y las letras.

Mariano Llinás es habitué del hotel desde hace más de 20 años. En cada temporada que estuvo grabó imágenes, filmó escenas y momentos, paisajes, personas y familias que en definitiva son parte de la esencia del hotel. A todo ese material de archivo le sumó imágenes antiguas, en blanco y negro, que el hotel atesoraba y pensó y creó el corto que celebra los 110 años de historia.

“El hotel casi no tiene secretos para mí en términos de cómo filmarlo, lo conozco de memoria y siempre lo pienso desde un lugar cinematográfico. El corto incluye además un material de Bélgica que filmé en algún viaje, pensando en que alguna vez podía hacer algo con eso. Fui barajando las cosas que tenía y se me ocurrió armar este juego con la gente que está trabajando, hablando, mirando ese video mientras se produce”, explica Llinás a Télam.

El hotel fue fundado el 15 de diciembre de 1913 por iniciativa de pioneros que llegaron a la costa desde Bélgica. Según cuenta Salpeter, la acción de los vientos modificó las dunas sobre las que estaba erguido el edificio, movimientos que resonaron en la arquitectura y la disposición de los espacios. Sin embargo, el espíritu se sostiene contra viento y marea.

En su historia, cada verano ha recibido a decenas de huéspedes, muchos de ellos, ilustres. Uno de los destacados es de Saint Exupéry, quien visitó el hotel en la década de 1930 y, según la tradición oral ahí escribió la novela “Vuelo nocturno”. La habitación 51, donde se hospedó, se conserva hoy como una pieza de museo en homenaje al autor de “El principito”, con sus objetos originales y su decoración.

La historia del mítico espacio también alcanza las letras del Indio Solari, quien escribió “Ostende hotel”, una canción alojada en el disco “El ruiseñor, el amor y la muerte”. “Se suelta el pelo, y se la ve reinar. Allí en el mar, como en el bar, del viejo hotel Ostende. Lover boy, amor fugaz, turístico en el aire, del Ostende hotel, que me quitó, su suave y bella piel”, canta Solari.

Paulina Cossi y Paola Lucantis trabajan por tercera vez en este proyecto cultural que impulsa cada verano el Viejo Hotel Ostende. Este año coincide con la apertura del local de “Te llamaré viernes” en Buenos Aires; por eso llegan a la temporada con un catálogo ampliado de títulos para llevar adelante las actividades en la playa.

“El hotel fue nuestra primera experiencia librera y aprendimos mucho. Los libros van a estar disponibles durante toda la temporada dentro del hotel, y dos veces los sacaremos al balneario para ofrecer además al público en general, más allá de los huéspedes. El entusiasmo es por el intercambio de lecturas y tenemos mucha expectativa, porque la gente se acerca, pregunta, recomienda y siempre vuelve”, explica Cossi a Télam.

En 2018 el balneario del Viejo Hotel Ostende fue sometido a una renovación realizado con materiales sustentables, un nuevo balneario que interpreta y respeta el paisaje en donde está anclado el hotel. Fue hecho de madera rústica, con amplios ventanales y variedad de texturas que permiten una estancia sumamente agradable.

Daniela Gutiérrez, gerenta de Fundación Medifé, concluye: “En el verano, cuando se impone el descanso, creemos que podemos disfrutar más y mejor rodeados de cultura, de arte y experiencias estéticas. El espíritu es común al Hotel y a Fundación Medifé: elegir una oferta artística de calidad que incluya artes vivas, lecturas en la voz de sus autores, cine en la playa y música en vivo. Nos hace bien proyectar pensando en que quienes pasan su verano en la costa disfrutarán de un plus de bienestar con estos hermosos encuentros.”





Fuente Telam