1.
El té verde podría reducir el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.
Los estudios han demostrado que el té verde puede mejorar algunos de los principales factores de riesgo para estas enfermedades.
Entre ellos, se incluyen el colesterol, el colesterol LDL y los triglicéridos.
El té verde también incrementa de forma drástica la capacidad antioxidante de la sangre, lo que protege a las partículas LDL de la oxidación, las cuales son responsables de las cardiopatías.
Si tenemos en cuenta los beneficiosos efectos en factores de riesgo, no es una sorpresa que las personas que beben té verde tengan un 31% menos de posibilidades de sufrir una cardiopatía
2.
El té verde posee bioactivos que benefician la salud.
El té verde es rico en polifenoles que tienen efectos como la reducción de la inflamación y la ayuda para combatir el cáncer.
El té verde tiene un 30% de polifenoles en peso, entre los que se incluyen grandes cantidades de catequina llamada EGCG por sus siglas en inglés. Las catequinas son antioxidantes naturales que ayudan a prevenir el daño celular y proporcionan otros beneficios.
Estas sustancias pueden reducir la formación de radicales libres en el cuerpo, lo que protege a las células y las moléculas del daño. Estos radicales libres se conocen porque juegan un papel fundamental en la edad y todos los tipos de enfermedades.
La EGCG (galato de epigalocatequina) es uno de los componentes más importantes en el té verde. Se ha estudiado para tratar varias enfermedades y podría ser una de las principales razones por las que el té verde posee grandes propiedades medicinales.
El té verde tiene pequeñas cantidades de minerales que son importantes para la salud.
Intente elegir un té verde de calidad, ya que algunos pueden contener cantidades excesivas de fluoruro.
Dicho esto, incluso si elige un té con poca calidad, los beneficios siguen superando cualquier riesgo.
3.
Los componentes del té verde pueden mejorar la función cerebral y la inteligencia.
El ingrediente activo clave es la cafeína, que se conoce como estimulante.
No contiene tanta cafeína como el café, pero es suficiente para producir una respuesta sin causar el efecto nervioso asociado con la ingesta de demasiada cafeína.
Lo que la cafeína produce en el cerebro es el bloqueo de un neurotransmisor inhibidor llamado adenosina. De esta forma, incrementa la activación de las neuronas y la concentración de los neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina.
La cafeína se ha estudiado de forma minuciosa y ha demostrado que produce mejoras en varios aspectos de la función cerebral, entre los que se incluyen las mejoras en el humor, el control, el tiempo de reacción y la memoria.
Sin embargo, el té verde contiene más componentes aparte de la cafeína. También está compuesto de un aminoácido llamado L-teanina, el cual puede atravesar la barrera hematoencefálica.
La L-teanina incrementa la actividad del neurotransmisor inhibidor GABA (ácido gamma-aminobutírico), el cual presenta efectos antioxidantes. También incrementa la dopamina y la producción de ondas en el cerebro.
Los estudios han demostrado que la cafeína y la L-teanina pueden tener efectos sinérgicos. La combinación de los dos es bastante potente en la mejoría de la función cerebral.
Debido a la L-teanina y las dosis más pequeñas de cafeína, el té verde puede despertarle de forma más suave que el café.
Muchas personas dicen que obtienen energía más estable y son mucho más productivos cuando beben té verde en vez de café.
4.
El té verde incrementa la reducción de grasas y mejora el rendimiento físico.
En un estudio de 10 hombres saludables, el té verde incrementó el gasto de energía en un 4%.
Otro estudio demostró que la oxidación de grasa se incrementó en un 17%, lo que indica que el té verde podría incrementar la reducción de las mismas.
Sin embargo, algunos estudios sobre el té verde no demuestran ninguna elevación en el metabolismo, por lo que los efectos dependen de cada individuo.
También se ha demostrado que la cafeína por sí sola mejora el rendimiento físico mediante la movilización de los ácidos grasos procedentes de los tejidos grasos y los convierte en una fuente de energía.
En dos estudios individuales, se demostró que la cafeína incrementa el rendimiento físico en un promedio de 11-12%.